Sorprenderá al viajero la riqueza de los paisajes verdes y frondosos de Romancos, poblados de una rica vegetación en la que abundan los nogales, encinas, chopos, olivos y robles. Campos que invitan al paseo y a la tranquilidad, rodeados por arroyos y fuentes que llenan de vida los parajes más diversos.
Colores intensos y cálidos, como los de los montes y valles dibujados por los últimos rayos de las tardes de primavera o dorados por el manto de las hojas cuando llega el otoño.

A su lado, la villa de Romancos abre sus brazos a vecinos y visitantes.
Un pueblo pequeño pero lleno de vida, con siglos de historia a sus espaldas de la que dan testimonio la iglesia de la Asunción (siglo XV), o las ermitas de La Soledad (siglo XVII) y La Concepción (siglo XVIII).
Un pueblo orgulloso de sus raíces y tradiciones, pero que mira hacia el futuro con la ilusión de sus jóvenes y el ánimo de lucha que siempre tuvieron sus habitantes.

Os invitamos a disfrutar de este nuevo Romancos que resurge con iniciativa renovada tras convertirse en Entidad Local de Ámbito Territorial Inferior al Municipio (EATIM) y recuperar la capacidad de gestionar sus propios intereses de una forma más cercana a sus vecinos, donde día a día trabajamos para mejorar las infraestructuras y servicios, y para crear las condiciones que favorezcan la participación y mejoren la calidad de vida de nuestros vecinos y visitantes.